Si el crecimiento se debe a un problema glandular, se efectúa realizando una pequeña incisión en la mitad inferior de la aréola por la que se retira el tejido glandular. Este generalmente se envía para un estudio histopatológico.
Como consecuencia de la intervención sólo quedan unos puntos de sutura que se retiran a los pocos días. Se aplica luego un vendaje compresivo. La cicatriz final, que depende de las características de cada persona, generalmente no es mayor que la de una biopsia de mama.
Si se trata de una acumulación de grasa --por obesidad-- el tratamiento que más se utiliza es la lipoaspiración a través de pequeñas incisiones que pasan totalmente inadvertidas posteriormente.
Cuando la ginecomastia es combinada el tratamiento utiliza los dos procedimientos. Se retira el tejido glandular y simultáneamente se aspira el tejido graso.
La evolución postoperatoria es la misma en los tres casos. Durante los primeros días puede observarse una equimosis (color violeta) que se reabsorbe en unos 15 días.